Sunday, March 22, 2009

Nuestros valores

Mis padres siempre me contaban de que "cuando Trujillo las cosas no eran así" cuando veían una u otra situación.  Resulta que Trujillo era un dictador y en nuestros tiempos eso está fuera de fashion, y los dominicanos nos creemos poseedores de una democracia que, aunque no perfecta ni óptima, es en fin de todos y nos permite llevar nuestros valores, asuntos y negocios adelante en relativa paz.

La cuestión de la basura y la pudredumbre es una de esas cosas que me contaban no eran aceptables durante la dictadura.  No podía ninguna persona, aun en su niñez, andar descalzo, sin importar cuánta era su pobreza;  no podía verse basura tirada en ningún rincón, sin importar el barrio.  Se arriesgaba el ofensor a una pena severa, quizás excesiva.  Cierto, tampoco podía un hombre andar con greñas sueltas ni una mujer entrar a ciertos edificios vistiendo pantalones.  Era una dictadura, y se afirmaban los valores de una persona, para bien o para mal.  Sin embargo, hay algunos valores que de verdad hay que preguntarse si van con el interés domincano o no.

¿Realmente queremos vivir en una sociedad con tanto ruido?  Si nuestro trabajo nos produce cierta prosperidad como para poder comprar tal o cual estéreo, ¿realmente tenemos que hacer alarde de aquello, subiéndole el volumen para que la cuadra entera lo oiga?  Y despues quejarnos que aquél que no tiene estéreo ni modo de conseguir la prosperidad que lo engendra tome la oportunidad de meterse en nuestra casa y se lo lleve, porque esos son sus valores, o esa es su prosperidad?  ¿A quién no le gusta andar en una yipeta?  A eso aspiramos, a la prosperidad material.  Aquél que la tiene es admirado o envidiado, aquél que la carece despreciado y marginalizado.

No creo que sea la culpa enteramente de el gobierno, porque el gobierno son personas, tan dominicanas y dominicanos como los que no son del gobierno.  No se puede confiar que solamente las personas en el gobierno fomenten valores y cumplan y hagan cumplir las leyes.  Ese es un trabajo de todos los que vivan en territorio quisqueyano.  No obstante, sí tiene el gobierno un importante papel que desempeñar en materia de construir una sociedad más orientada al derecho, la equidad, el civismo y el bienestar social de todos los dominicanos.

También estoy de acuerdo en que debemos educarnos en familia, pero debemos reconocer que hay fuerzas más allá del alcance de la familia o el gobierno que no se pueden enfrentar solos.  Las fuerzas de la economia global, el desempleo, la competencia nacional e internacional en campo de la inversión y los mercados pintan un panorama en el que casi no llevan pincel nuestras familias y nuestros conciudadanos.

Comparar a Quisqueya con Gringolandia es incomprensible; comparar los recursos de unos con los de los otros no tiene sentido, como lo es comparar la historia del desarrollo de una sociedad con el de la otra, midiendo de paso los logros que aquellos recursos hacen posible.  Lo que debemos hacer es conocer los valores que como sociedad dominicana deseamos ver cumplir, ya sea para nosotros mismos y nuestras familias y futuras generaciones, como para todo dominicano, y acatarlos en toda oportunidad.


http://aliciaestevez.wordpress.com/2009/02/10/se-pudre-el-paraiso/#comment-846

Pieza original disponible en [ http://aliciaestevez.wordpress.com/2009/02/10/se-pudre-el-paraiso/ ]

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